Destinos y Ciudades

Trujillo

Ubicada 561 kms. al norte de Lima y capital del Departamento de La Libertad, Trujillo es una ciudad acogedora y colonial. Uno de los centros económicos y culturales más importante del norte del Perú. Capital de la Marinera y tierra del Caballo Peruano de Paso. Fue sede de la cultura Chimú (siglo XII al XV D.C.) y de su capital Chan Chan, la ciudad de adobe más grande de la América prehispánica y del mundo antiguo.

Historia
Fue fundada en 1534, como una de las principales ciudades del virreinato por Don Diego de Almagro, que al detenerse en el valle del río Moche, en su marcha hacia Pachacamac (Lima), "encontró un lugar provechoso y conveniente para fundar una ciudad", a la que bautizó con el mismo nombre de la ciudad española en la que había nacido el conquistador Francisco Pizarro.

Desde su fundación, Trujillo mostró un rápido desarrollo debido a la fertilidad del valle y al esfuerzo de sus pobladores, quienes edificaron casonas señoriales , en las que destacan las artísticas rejas de fierro forjado, que le dan un toque de distinción y elegancia a la arquitectura trujillana. El centro histórico traduce esta importancia en sus edificios. La Catedral, el monasterio El Carmen, las iglesias y las casonas conforman un conjunto arquitectónico que resume la belleza y la armonía de la ciudad.

En las afueras de la ciudad se puede contemplar otra arquitectura: la arquitectura prehispánica que surge en medio del verdor de los campos o de las arenas. La ciudad de Chan Chan, el complejo arqueológico El Brujo y las huacas del Sol, la Luna y el Dragón, entre otras, son muestras de las refinadas culturas norteñas.

Los siglos han pasado y le han dado la razón a don Diego de Almagro. El valle del Moche era un lugar provechoso y conveniente para fundar una ciudad, de eso ya no quedan dudas y lo saben todos aquellos que conocen Trujillo, la tierra del sol y la eterna primavera.

Ruinas de Chan Chan
Pero el encanto de Trujillo va más allá de su pasado colonial y se interna en la época pre-hispánica. En el valle del río Moche, se encuentra la ciudad de Chan Chan , capital del Reino del Gran Chimú, considerada la ciudad de barro más grande del mundo con 20 kilómetros cuadrados de extensión y que sólo es comparable a los restos arqueológicos de Teotihuacan en México o a las antiguas ciudades de Egipto.

El núcleo de Chan Chan está formado por 10 "ciudadelas", llamadas así por ser grandes recintos cercados, en cuyo interior albergan muchas estructuras menores, asemejando pequeñas ciudades amuralladas, de las cuales 9 tienen muchas características comunes. Vistos desde el norte y en sentido de las agujas del reloj han sido bautizadas como Squier, Gran Chimú, Bandelier, Uhle, Chayhuac, Tschudi, Rivero, Laberinto, Tello y Velarde. Los nombres derivan, en la mayoría de ellos, de viajeros e investigadores que han fijado sus ojos y pensamientos en esta urbe pre-hispánica. Como ejemplo del tamaño de estas estructuras, mencionaremos a la ciudadela Rivero, que ocupa un área de 8.7 hectáreas, o Gran Chimú que es la más grande con 22.1 hectáreas. Las demás, tienen un promedio de 14 hectáreas

Para construir esta ciudad se utilizaron materiales propios de la región. Las ciudadelas fueron construidas usando muros de adobe sobre cimientos de piedra unidos con barro, más anchos en la base y angostos en la cima.. Para construir pisos, rellenos de paredes, rampas y plataformas, se emplearon adobes, junto con tierra, piedras y otros materiales. La madera se usó para hacer postes, columnas y dinteles. También se usó la caña, el carrizo y la estera. Los techos fueron confeccionados entretejiendo atados de paja.

Este inmenso complejo cuenta con reservorios de agua formados por paredes de piedras, además de poseer más de 140 pozos, tierras para cultivo y estructuras de defensa ubicadas en los limites Norte y Sur de la ciudad. También tiene silos para almacenar granos, calles, plazas y terrazas con diferentes niveles, una plataforma funeraria con forma de pirámide trunca con construcciones donde se pueden ingresar por rampas laterales, patios etc. formando verdaderos laberintos .

Otros Atractivos
La Huaca del Sol, pirámide escalonada de 20 metros de alto; la Huaca de la Luna, donde se aprecian asombrosos murales que representan los rituales de los Mochicas; y el Complejo de El Brujo, que destaca por una pirámide de adobe de 30 metros de altura y más de 15 siglos de antigüedad, evidencian la grandeza de los primeros habitantes de la costa norte del Perú.

Las playas de Trujillo resultan ideales para el visitante, no sólo por la exquisita gastronomía compuesta de mariscos y pescados recién salidos del mar o por la frescura de la brisa marina, sino también por las posibilidades que ofrece para los deportes náuticos y, a su vez, el contacto con la tradición. Huanchaco es un hermoso balneario y antiguo pueblo de pescadores, donde es posible apreciar aquellas antiguas embarcaciones que ya aparecían en los ceramios mochicas y en los decorados de Chan Chan. Se trata de los "Caballitos de Totora", balsas elaboradas con este material que los pescadores maniobran con una destreza única, heredada de generación en generación. La misma destreza es exhibida por los amantes de la tabla hawaiana, quienes año tras año se reúnen en el puerto de Malabrigo, para realizar un campeonato en el mes de marzo. Aquí se encuentran las olas más largas del mundo.

Tradición y Tiempos Modernos
En Trujillo la primavera es eterna, el sol siempre brilla y llena de luz hasta los rincones más escondidos de la capital del departamento de La Libertad, regocijando el alma de un pueblo afable y cordial, que vive orgulloso de sus ciudadelas de barro y adobe construidas por los Chimús y los Mochicas; y de sus señoriales casonas, herencia de la época colonial y de los albores de la República.

Trujillo es tierra de la Marinera, la danza nacional del Perú, un torbellino de sensualidad y galanura del que nace el amor. Los trujillanos organizan el Concurso Nacional de la Marinera en el mes de enero. En setiembre todas las calles y las casas se adornan, para ser testigos de los carros alegóricos, los concursos, la alegría y las fiestas. Es el Festival Internacional de la Primavera. Y es que en el Perú, la primavera se vive en Trujillo.

Desde los años cincuenta la red urbana de la ciudad comenzó a ser más compleja como resultado de un crecimiento demográfico, migraciones, industrias no tradicionales, bancos y shoppings. Nuevos distritos de clase baja y residenciales surgieron, varios comercios informales aparecieron y la industria del calzado floreció. Hacia el interior de la ciudad, nuevas cosechas con gran demanda internacional están siendo cultivadas junto con las plantaciones tradicionales.