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CUSCO
- MACHU PICCHU – CUSCO
Ruta : Cusco – Poroy - Ollanta
- Machu Picchu - Ollanta - Poroy - Cusco
El
tren parte de la Estación de San Pedro en Cusco y rápidamente
empieza a ascender
mientras deja atrás la Ciudad Imperial mediante una serie de
zig zags a través de un caos de calles, y pasando por casas que
se aferran precariamente a los cerros que rodean el centro histórico
de Cusco.
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El tren emerge
de la expansión suburbana en El Arco para empezar su recorrido
por magníficos paisajes de ondulantes mesetas que se extienden
hacia el horizonte, donde en días claros es posible ver las nevadas
montañas de Vilcabamba al noroeste.
Luego de dejar Poroy y al pasar por Cachimayo, el tren desciende hacia
la meseta de Anta, un panorama a modo de tablero pleno de cultivos andinos
típicos, pasando por frondosos campos y coloridos pueblos al
pie de los Andes.
A lo lejos y hacia la izquierda, casi por debajo del horizonte, se divisan
los imponentes andenes de Jaquijahuana, cerca al pueblo de Zurite. Lamentablemente,
estas grandes terrazas son todo lo que queda de lo que una vez fue la
ciudad inca más importante, perdida para siempre durante los
primeros años posteriores a la conquista española.
Más allá del pueblo de Huarocondo la gran explanada se
angosta radicalmente mientras el tren ingresa como absorbido a un profundo
desfiladero esculpido por el torrente del Río Pomatales hasta
toparse con el Río Urubamba que corre a través del hermoso
Valle Sagrado.
El tren se desplaza luego por extensas áreas de andenes salpicadas
de ruinas de la fortaleza Inca. Aún puede verse partes de una
antigua carretera abandonada hace ya mucho tiempo y que fue utilizada
por los arrieros a fines del siglo 19 para viajar entre Cuzco y las
plantaciones de caucho de las tierras bajas amazónicas.
A cinco kilómetros de Pachar se encuentra el pueblo de Ollantaytambo
donde los campesinos trabajan con la misma paciencia y habilidad que
seguramente mostraron sus ancestros para dar forma y mover los inmensos
bloques de piedra con los que construyeron sus casas y los templos donde
oraban.
Al dejar Ollantaytambo para iniciar el último tramo del viaje
a Machu Picchu es posible ver a la derecha, sobre la rampa de tierra
que una vez se usó para arrastrar los bloques monolíticos
desde el valle, el complejo de templos conocido como La Fortaleza y
dedicado a las muchas deidades del panteón Inca alrededor del
siglo 15.
La línea férrea sigue el rumbo del río hacia el
Desfiladero Urubamba. En Coriwaynachina, conocida simplemente como el
Km 88 por generaciones de montañistas que recorren el Camino
Inca, una fina escalera esculpida en la roca conduce a una serie de
edificaciones en ruinas donde se dice que los artesanos Incas aprovechaban
del viento constante que se levanta desde el valle para fundir el oro.
Tras pasar un corto túnel emergen hermosos andenes que marcan
las ruinas de Qente que en Quechua significa colibrí. En este
fértil microclima de cascadas y donde crecen flores de vivos
colores todo el año resulta común ver colibríes
gigantes temprano por la mañana.
Rodeado de altos ceibas y afloramientos rocosos desde donde cuelgan
orquídeas y bromelias, el tren pasa por Cachabamba en el Km 104,
donde se inicia la caminata de un día hacia Machu Picchu pasando
por las magníficas ruinas de Wiñay Wayna.
El tren llega a Machu Picchu Pueblo, a 2 Km de Machu Picchu. Este pequeño
pueblo, rodeado de altas y verdes montañas que protegen la famosa
ciudad perdida e innumerables restos incaicas y conocido por sus baños
termales, se ha convertido en un lugar muy popular para pasar la noche
cuando se visita Machu Picchu.
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